jueves, 5 de mayo de 2016

Jaime “El Barbudo” nació en Crevillente (Alicante) el 23 de octubre de 1783, de su infancia y juventud se sabe muy poco, solo que cuando trabajaba en el pueblo de Catral guardando unas ovejas y unas viñas sorprendió a un merodeador al que en un enfrentamiento dio muerte en defensa propia, ante lo cual se marchó de dicha localidad con la mala fortuna de sufrir un caída huyendo por la sierra que le dejó maltrecho en un barranco, siendo descubierto por la partida de “Los Mojicas” que le curan de sus heridas al saberle huido de la justicia, y a la cual se unirá. Tras pasar una temporada en la cuadrilla se enfrenta a éstos en 1808 dados los métodos agresivos que emplean, quedando como jefe de la misma tras una refriega en la que mueren dos de los tres hermanos que componían la capitanía de la partida. Al poco tiempo Jaime comienza a comprender el delicado estado político de España y se convierte en una mezcla de ladrón y guerrillero afamado en tierras de Valencia y Murcia que utilizó la Guerra de Independencia para sus fines delictivos y heroicos. Destacan los episodios acaecidos en Murcia en 1812, donde Jaime acompañado de una partida de casi cien hombres se enfrentó a los franceses que ocupaban la ciudad, dando muerte a un altísimo número de las tropas del general francés Soult. Tras la Guerra de Independencia, Jaime “El Barbudo” se retira a la Sierra de Crevillente donde se le comunica el sobreseimiento de las causas criminales contra él debido a sus méritos de guerra, volviendo al poco a su casa con su esposa María Antonia y la hija de ambos. Pero en 1815 Jaime, vuelve y reúne de nuevo a su partida cometiendo destacados robos en Orihuela y Villena. Al poco tiempo se pone precio a su cabeza, y Jaime se siente por primera vez en su vida inquieto, pues poco a poco empiezan a llegar las tropas y los Edictos Reales contra él y su partida. En abril de 1823 vuelven las tropas francesas ahora para consolidar por la fuerza el absolutismo de Fernando VII, lo que provoca un nuevo indulto para Jaime “El Barbudo” por parte del funesto comisario regido el Brigadier Luis Adriani; de cruel recuerdo para los valencianos de la época; que forma junto a sus hombres un ejercito de Fe en Murcia a las ordenes del Rey. A pesar de todo en los primeros meses de 1824 es llamado al Ayuntamiento de Murcia donde es arrestado y acusado de robo y asesinato por los mismos que lo habían indultado, lo que al poco tiempo muere en la horca y de esta forma entra Jaime “El Barbudo” en la leyenda.

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