jueves, 6 de octubre de 2016

Resulta que había dos ranitas que aprovechando su día libre salieron a pasear por una hermosa mansión. Cuando llegaron a la cocina en busca de algo de comer, se resbalaron en unas gotas de aceite para caer en una gran olla de crema.Ambas desesperadas comenzaron a defenderse de la masa movediza que las iba devorando, hasta que una de ella dijo:-Querida amiga ha llegado mi hora, por más que me esfuerce nunca podré salir con vida de esta situación, no tengo opción yo me entrego, mi vida ha terminado… Y dejando de patalear, lentamente fue desapareciendo de la superficie.
La amiga, por su parte pensó: Yo no sé si hoy es mi día, así que no me entregaré, en todo caso seguiré luchando hasta que Dios me llamé, pero que antes observe que hice todo lo imposible para conservar mi vida.La ranita siguió sin descanso moviendo sus patas, y lo hizo con tanta decisión y con tanta voluntad,que sin darse cuenta la crema se convirtió en manteca, pudiendo pisar firme y escapar tranquilamente.

Resulta que había dos ranitas que aprovechando su día libre salieron a pasear por una hermosa mansión. Cuando llegaron a la cocina en busca de algo de comer, se resbalaron en unas gotas de aceite para caer en una gran olla de crema.Ambas desesperadas comenzaron a defenderse de la masa movediza que las iba devorando, hasta que una de ella dijo:-Querida amiga ha llegado mi hora, por más que me esfuerce nunca podré salir con vida de esta situación, no tengo opción yo me entrego, mi vida ha terminado… Y dejando de patalear, lentamente fue desapareciendo de la superficie.
La amiga, por su parte pensó: Yo no sé si hoy es mi día, así que no me entregaré, en todo caso seguiré luchando hasta que Dios me llamé, pero que antes observe que hice todo lo imposible para conservar mi vida.La ranita siguió sin descanso moviendo sus patas, y lo hizo con tanta decisión y con tanta voluntad,que sin darse cuenta la crema se convirtió en manteca, pudiendo pisar firme y escapar tranquilamente.
Resulta que había dos ranitas que aprovechando su día libre salieron a pasear por una hermosa mansión. Cuando llegaron a la cocina en busca de algo de comer, se resbalaron en unas gotas de aceite para caer en una gran olla de crema.Ambas desesperadas comenzaron a defenderse de la masa movediza que las iba devorando, hasta que una de ella dijo:-Querida amiga ha llegado mi hora, por más que me esfuerce nunca podré salir con vida de esta situación, no tengo opción yo me entrego, mi vida ha terminado… Y dejando de patalear, lentamente fue desapareciendo de la superficie.
La amiga, por su parte pensó: Yo no sé si hoy es mi día, así que no me entregaré, en todo caso seguiré luchando hasta que Dios me llamé, pero que antes observe que hice todo lo imposible para conservar mi vida.La ranita siguió sin descanso moviendo sus patas, y lo hizo con tanta decisión y con tanta voluntad,que sin darse cuenta la crema se convirtió en manteca, pudiendo pisar firme y escapar tranquilamente.

domingo, 11 de septiembre de 2016

Durante mi último curso en la escuela, nuestro profesor nos puso un examen. Leí rápidamente todas las preguntas, hasta que llegué a la ultima, que decía así: ¿Cuál es el nombre de la mujer que limpia la escuela? Seguramente era una broma. Yo había visto muchas veces a la mujer que limpiaba la escuela. Era alta, cabello oscuro, como de cincuenta anos, pero… ¿cómo iba yo a saber su nombre?
Entregué mi examen, dejando la última pregunta en blanco. Antes de que terminara la clase, alguien le preguntó al profesor si la última pregunta contaría para la nota del examen. Por supuesto, dijo el profesor. En sus vidas ustedes conocerán muchas personas. Todas son importantes. Todas merecen su atención y cuidado, aunque solo les sonrían y digan: !Hola! Yo nunca olvidé esa lección.

sábado, 3 de septiembre de 2016


lunes, 29 de agosto de 2016

Esta es la historia de un muchachito  que tenía muy mal carácter. Su padre le dio una bolsa de clavos y le dijo que cada vez que perdiera la paciencia, debería clavar un clavo detrás de la puerta.
El primer día, el muchacho clavó 37 clavos detrás de la puerta. Las semanas que siguieron, a medida que él aprendía a controlar su genio, clavaba cada vez menos clavos detrás de la puerta.
Descubrió que era más fácil controlar su carácter durante todo el día.
Después de informar a su padre, éste le sugirió que retirara un clavo cada día que lograra controlar su carácter. Los días pasaron y el joven pudo finalmente anunciar a su padre que no quedaban más clavos para retirar de la puerta.
Su padre lo tomó de la mano y lo llevó hasta la puerta. Le dijo: “Has trabajado duro, hijo mío, pero mira todos esos hoyos en la puerta. Nunca más será la misma. Cada vez que tú pierdes la paciencia, dejas cicatrices exactamente como las que aquí ves”.
Tú puedes insultar a alguien y retirar lo dicho, pero el modo cómo se lo digas lo devastará y la cicatriz perdurará para siempre. Una ofensa verbal es tan dañina como la ofensa física. Los amigos son joyas preciosas. Nos hacen reír y nos animan a seguir adelante. Nos escuchan con atención y siempre están dispuestos a abrirnos su corazón. Tenlo siempre presente

viernes, 19 de agosto de 2016

Dulzura eres tú cuando te pienso
dulzura es tu cuerpo cuando esta junto al mío,
dulzura eres tú, cuando te siento dentro de mi corazón
dulzura eres tú cuando me miras y me besas,
Y el amor que hay dentro de mi corazón para ti con
amor y con ternura eso también es dulzura,
es un gran placer el sentir tu dulzura en este poema,
te dejo besitos con todo mi amor y mi dulzura de Manuel.

viernes, 15 de julio de 2016

Usaba poner cabe sí un jarrillo de vino cuando comíamos, y yo muy de presto le asía y daba un par de besos callados y tornábale a su lugar. Mas durome poco, que en los tragos conocía la falta, y, por reservar su vino a salvo, nunca después desamparaba el jarro, antes lo tenía por el asa asido. Mas no había piedra imán que así trajese a sí como yo con una paja larga de centeno que para aquel menester tenía hecha, la cual, metUsaba poner cabe sí un jarrillo de vino cuando comíamos, y yo muy de presto le asía y daba un par de besos callados y tornábale a su lugar. Mas durome poco, que en los tragos conocía la falta, y, por reservar su vino a salvo, nunca después desamparaba el jarro, antes lo tenía por el asa asido. Mas no había piedra imán que así trajese a sí como yo con una paja larga de centeno que para aquel menester tenía hecha, la cual, metiéndola en la boca del jarro, chupando el vino, lo dejaba a buenas noches. Mas, como fuese el traidor tan astuto, pienso que me sintió, y dende en adelante mudó propósito y asentaba su jarro entre las piernas y atapábale con la mano, y así bebía iéndola en la boca del jarro, chupando el vino, lo dejaba a buenas noches. Mas, como fuese el traidor tan astuto, pienso que me sintió, y dende en adelante mudó propósito y asentaba su jarro entre las piernas y atapábale con la mano, y así bebía

miércoles, 13 de julio de 2016


miércoles, 6 de julio de 2016

Un hombre estaba perdido en el desierto, destinado a morir de sed. Por suerte, llegó a una cabaña vieja, desmoronada sin ventanas, sin techo. El hombre anduvo por ahí y se encontró con una pequeña sombra donde acomodarse para protegerse del calor y el sol del desierto. Mirando a su alrededor, vio una vieja bomba de agua, toda oxidada. Se arrastró hacia allí, tomó la manivela y comenzó a bombear, a bombear y a bombear sin parar, pero nada sucedía. Desilusionado, cayó postrado hacia atrás, y entonces notó que a su lado había una botella vieja. La miró, la limpió de todo el polvo que la cubría, y pudo leer que decía: “Usted necesita primero preparar la bomba con toda el agua que contiene esta botella mi amigo, después, por favor tenga la gentileza de llenarla nuevamente antes de marchar”.
El hombre desenroscó la tapa de la botella, y vio que estaba llena de agua… ¡llena de agua! De pronto, se vio en un dilema: si bebía aquella agua, él podría sobrevivir, pero si la vertía en esa bomba vieja y oxidada, tal vez obtendría agua fresca, bien fría, del fondo del pozo, y podría tomar toda el agua que quisiese, o tal vez no, tal vez, la bomba no funcionaría y el agua de la botella sería desperdiciada. ¿Qué debiera hacer? ¿Derramar el agua en la bomba y esperar a que saliese agua fresca… o beber el agua vieja de la botella e ignorar el mensaje? ¿Debía perder toda aquella agua en la esperanza de aquellas instrucciones poco confiables escritas no se cuánto tiempo atrás?
Al final, derramó toda el agua en la bomba, agarró la manivela y comenzó a bombear, y la bomba comenzó a rechinar, pero ¡nada pasaba! La bomba continuaba con sus ruidos y entonces de pronto surgió un hilo de agua, después un pequeño flujo y finalmente, el agua corrió con abundancia… Agua fresca, cristalina. Llenó la botella y bebió ansiosamente, la llenó otra vez y tomó aún más de su contenido refrescante. Enseguida, la llenó de nuevo para el próximo viajante, la llenó hasta arriba, tomó la pequeña nota y añadió otra frase: “Créame que funciona, usted tiene que dar toda el agua, antes de obtenerla nuevament

martes, 5 de julio de 2016

había caído en un viejo pozo abandonado. El pozo era muy profundo y sería extremadamente difícil sacar el caballo de allí. El campesino fue rápidamente hasta el lugar del accidente, y evaluó la situación, asegurándose que el animal no se había lastimado. Pero, por la dificultad y el alto precio para sacarlo del fondo del pozo, creyó que no valía la pena invertir en la operación de rescate. Tomó entonces la difícil decisión de decirle al capataz que sacrificase el animal tirando tierra en el pozo hasta enterrarlo, allí mismo.

Y así se hizo. Comenzaron a lanzar tierra dentro del pozo de forma de cubrir al caballo. Pero, a medida que la tierra caía en el animal este la sacudía y se iba acumulando en el fondo, posibilitando al caballo para ir subiendo. Los hombres se dieron cuenta que el caballo no se dejaba enterrar, sino al contrario, estaba subiendo hasta que finalmente consiguió salir.
Si estás "allá abajo", sintiéndote poco valorado, y otros lanzan tierra sobre ti, recuerda el caballo de esta historia.Sacude la tierra y sube sobre ella.

sábado, 25 de junio de 2016

Cuando una parte del ejército francés se apoderó a principios de este siglo de la histórica Toledo, sus jefes, que ignoraban el peligro a que se exponían en las poblaciones españolas diseminándose en alojamientos separados, comenzaron por habilitar para cuarteles los más grandes y mejores edificios de la ciudad.
     Después de ocupado el suntuoso alcázar de Carlos V, echóse mano de la Casa de Consejos: y cuando ésta no pudo contener más gente, comenzaron a invadir el asilo de las comunidades religiosas, acabando a la postre por transformar en cuadras hasta las iglesias consagradas al culto. En esta conformidad se encontraban las cosas en la población donde tuvo lugar el suceso que voy a referir, cuando una noche, ya a hora bastante avanzada, envueltos en sus oscuros capotes de guerra y ensordeciendo las estrechas y solitarias calles que conducen desde la Puerta del Sol de Zocodover, con el choque de sus armas y el ruidoso golpear de los cascos de sus corceles, que sacaban chispas de los pedernales, entraron en la ciudad hasta unos cien dragones de aquellos altos, arrogantes y fornidos de que todavía nos hablan con admiración nuestras abuelas.


    Mandaba la fuerza un oficial bastante joven, el cual iba como a distancia de unos treinta pasos de su gente, hablando a media voz con otro, también militar, a lo que podía colegirse por su traje. Éste, que caminaba a pie delante de su interlocutor, llevando en la mano un farolillo, parecía servirle de guía por entre aquel laberinto de calles oscuras, enmarañadas y revueltas.
    _Con verdad _decía el jinete a su acompañante_, que si el alojamiento que se nos prepara es tal y como me lo pintas, casi sería preferible arrancharnos en el campo o en medio de una plaza.
    _¿Y qué queréis, mi capitán?  _contestole el guía que efectivamente era un sargento aposentador_.    En el alcázar no cabe ya un gramo de trigo, cuando más un hombre; San Juan de los Reyes no digamos, porque hay celda de fraile en la que duermen quince húsares. el convento adonde voy a conduciros no era mal local, pero hará cosa de tres o cuatro días nos cayó aquí como de las nubes una de las columnas volantes que recorren la provincia, y gracias que hemos podido conseguir que se amontonen por los claustros y dejen libre la iglesia.
    _En fin _exclamó el oficial_, después de un corto silencio y como resignándose con el extraño alojamiento que la casualidad le deparaba; más vale incómodo que ninguno. De todas maneras, si llueve, que no será difícil según se agrupan las nubes, estaremos a cubierto y algo es algo.
Interrumpida la conversación en este punto, los jinetes, precedidos del guía., siguieron en silencio el camino adelante hasta llegar a una plazuela, en cuyo fondo se destacaba la negra silueta del convento con su torre morisca, su campanario de espadaña, su cúpula ojival y sus tejados desiguales y oscuros.
    _He aquí vuestro alojamiento _exclamó el aposentador al divisarle y dirigiéndose al capitán, que después que hubo mandado hacer algo a la tropa, echó pie a tierra, tornó al farolillo de manos del guía y se dirigió hacia el punto que éste le señalaba.
    Comoquiera que la iglesia del convento estaba completamente desmantelada, los soldados que ocupaban el resto del edificio habían creído que las puertas le eran ya poco menos que inútiles, y un tablero hoy, otro mañana, habían ido arrancándolas pedazo a pedazo para hacer hogueras con que calentarse por las noches.
Nuestro joven oficial no tuvo, pues, que torcer llaves ni descorrer cerrojos para penetrar en el interior del templo.
    A la luz del farolillo, cuya dudosa claridad se perdía entre las espesas sombras de las naves y dibujaba con gigantescas proporciones sobre el muro la fantástica sombra del sargento aposentador, que iba precediéndole, recorrió la iglesia de arriba abajo, y escudriñó una por una todas sus desiertas capillas, hasta que una vez hecho cargo del local mandó echar pie a tierra a su gente, y hombres y caballos revueltos, fue acomodándola como mejor pudo.
Según dejamos dicho, la iglesia estaba completamente desmantelada; en el altar mayor pendían aún de las altas cornisas los rotos jirones del velo con que le habían cubierto los religiosos al abandonar aquel recinto; diseminados por las naves veíanse algunos retablos adosados al muro, sin imágenes en las hornacinas; en el coro se dibujaban con un ribete de luz los extraños perfiles de la oscura sillería de alerce; en el pavimento, destrozado en varios puntos, distinguíanse aún anchas losas sepulcrales llenas de timbres, escudos y largas inscripciones góticas; y allá a lo lejos, en el fondo de las silenciosas capillas y a lo largo del crucero, se destacaban confusamente entre la oscuridad, semejantes a blancos e inmóviles fantasmas, las estatuas de piedra, que, unas tendidas, otras de hinojos sobre el mármol de sus tumbas, parecían ser los únicos habitantes del ruinoso edificio.
    A cualquier otro menos molido que el oficial de dragones, el cual traía una jornada de catorce leguas en el cuerpo, o menos acostumbrado a ver estos sacrilegios como la cosa más natural del mundo, hubiéranle bastado dos adarmes de imaginación para no pegar los ojos en toda la noche en aquel oscuro e imponente recinto, donde las blasfemias de los soldados que se quejaban en voz alta del improvisado cuartel, el metálico golpe de las espuelas, que resonaban sobre las anchas losas sepulcrales del pavimento, el ruido de los caballos que piafaban impacientes, cabeceando y haciendo sonar las cadenas con que estaban sujetos a los pilares, formaban un rumor extraño y temeroso que se dilataba por todo el ámbito de la iglesia y se reproducía cada vez más confuso, repetido de eco en eco en sus altas bóvedas.
Pero nuestro héroe, aunque joven, estaba ya tan familiarizado con estas peripecias de la vida de campaña, que apenas hubo acomodado a su gente, mandó colocar un saco de forraje al pie de la grada del presbiterio, y arrebujándose como mejor pudo en su capote y echando la cabeza en el escalón, a los cinco minutos roncaba con más tranquilidad que el mismo rey José en su palacio de Madrid.
    Los soldados, haciéndose almohadas de las monturas, imitaron su ejemplo , y poco a poco fue apagándose el murmullo de sus voces.
A la media hora sólo se oían los ahogados gemidos del aire que entraba por las rotas vidrieras de las ojivas del templo, el atolondrado revolotear de las aves nocturnas que tenían sus nidos en el dosel de piedra de las esculturas de los muros, y el alternado rumor de los pasos del vigilante que se paseaba envuelto en los anchos pliegues de su capote, a lo largo del pórtico.

miércoles, 22 de junio de 2016

Parte primera
En la cual se trata del principio de caballería

isminuyeron la caridad, la lealtad, la justicia y la verdad en el mundo. Y comenzaron la enemistad, la deslealtad, la injuria y la falsedad; y por esto cundió el error y la perturbación en el pueblo de Dios; el cual pueblo había sido ordenado para que Dios sea amado, conocido, honrado, servido y temido por el hombre.
      
Cuando en el mundo cundió el menosprecio de la justicia por disminución de caridad, fue preciso desde un principio que la justicia retornase por su honor, mediante el temor.
      Por esto fueron hechos milenarios en todo el pueblo, siendo escogido y elegido, entre los mil que formaban el milenario, el que fuese más amable, y más sabio, más leal, más fuerte, de más noble ánimo, de mejor instrucción y de mejores costumbres que los demás.
       También fue buscada entre todas las bestias la más bella, la más ágil y que con más nobleza pueda sostener el trabajo; pues debía ser la más conveniente para el servicio del hombre. Y porque el caballo es la bestia más noble y más conveniente para el servicio del hombre, fue elegido el caballo entre todas las bestias y fue entregado al hombre elegido entre mil. Y por esto este hombre elegido es llamado caballero.
      Cuando se hubo entregado la más noble bestia al hombre más noble, fue también conveniente que se escogieran y eligieran las armas que sean más nobles y más eficaces para combatir y defender al hombre de heridas y de la muerte. Y se entregaron estas armas al caballero, y éste se las apropió.
      A quien quiera, pues, entrar en el orden de caballería, le conviene meditar y pensar en sus nobles principios; y conviene que la nobleza de su ánimo y su buena educación concuerden y convengan con el principio de la caballería.
      Por esto también es inconveniente que el orden de caballería reciba en sus honras a sus enemigos, o a los que por su modo de ser y de obrar son contrarios a sus principios.
      El amor y el temor se convienen contra el desamor y el menosprecio; y por esto conviene que el caballero, por la nobleza de su ánimo y buenas costumbres, y por un honor tan alto y tan grande como el que se le ha hecho por elección, por el caballo y las armas, sea amado y temido de las gentes; y que por el amor que recibe, devuelva caridad y ejemplo; y por el temor que causa, devuelva verdad y justicia.
      6. El varón, en cuanto tiene más buen sentido y es más inteligente que las hembras, también puede ser mejor que las mujeres. Porque si no fuese tan poderoso para ser bueno como la mujer, seguiríase que bondad y fuerza de naturaleza serían contrarias a bondad de ánimo y buenas obras. Por donde, así como el hombre por su naturaleza, se halla en mejor disposición de tener noble valor y ser más bueno que la hembra; del mismo modo se halla también mejor preparado que la hembra para hacerse malo. Y esto es precisamente para que, por su mayor nobleza y valor, tenga mayor mérito, siendo bueno, que la mujer.

lunes, 20 de junio de 2016


Querida Mamá,
En la distancia que nos embarga en está ocasión, déjame expresarte unas cuantas palabras:
Primero, déjame decirte que te amo, ¡te amo! Y sé sin lugar a dudas, que con el tiempo, las aventuras de la vida, y la montaña rusa de los sentimientos, cada día te amaré más.
En segundo lugar, perdóname, por no saber utilizar las palabras adecuadas, por si algún momento de mi vida no logré hacer que tu corazón sonriera como te lo mereces.
En tercer lugar, mamá; te perdono por las palabras que en algún momento pudieron salir de tu boca causándome dolor, te perdono por la distancia que a veces he sentido, y por esas cosas que están mal sin estarlo. El amor cubre las faltas, las mías y las tuyas, y pese a todo, entre tú y yo siempre habrá mucho amor.
En cuarto lugar, pero no menos importante, mamá te amo aún más por la hermosa mujer que eres, por la hermosa gracia, fortaleza y sabiduría que reflejas. Te amo por tu entrega, por tu paciencia y por tu amor.
Que tus días estén siempre llenos de bendición, y que la vida siempre te dé amor así como yo espero dártelo también. Gracias por ser parte de la mujer que soy, y gracias por tu vida, este día y todos los días

miércoles, 15 de junio de 2016

Contigo cielo, volvi a creer una vez mas, dandole fuerza a mi corazon, a mi alma, a mi ser,

Sólo te pido que no cambies , que sigas asi , con tus alegrias , con tus risas , con tu ternura ya no me quedan palabras que salgan de mis pensamientos, para describir ,lo que por ti yo siento.

domingo, 5 de junio de 2016

_Capitán, idos con Dios, y dispensad que, acusado, dudara de vuestro honor. Tornó Martínez la espalda con brusca satisfacción, e Inés, que le vio partirse, resuelta y firme gritó: _Llamadle, tengo un testigo. Llamadle otra vez, señor Volvió el capitán don Diego, sentose Ruiz de Alarcón, la multitud aquietose y la de Vargas siguió: _Tengo un testigo a quien nunca faltó verdad ni razón. _¿Quién? _Un hombre que de lejos nuestras palabras oyó, mirándonos desde arriba. _¿Estaba sobre un balcón? _No, que estaba en un suplicio donde ha tiempo que expiró _¿Luego está muerto? _No, que vive. _¡Estáis loca, vive Dios! _¿Quién fue? _El Cristo de la Vega, a cuya faz perjuró. Pusiéronse en pie los jueces al nombre del Redentor, escuchando con asombro tan excelsa apelación. Reinó un profundo silencio de sorpresa y de pavor, y Diego bajó los ojos de vergüenza y confusión. Un instante con los jueces, don Pedro, en secreto, habló, y levantose diciendo con respetuosa voz: "_La ley es ley para todos; tu testigo es el mejor, mas para tales testigos no hay más tribunal que Dios. Haremos... lo que sepamos; escribano, al caer el sol al Cristo que está en la Vega tomaréis declaración."[...] Está el Cristo de la Vega la cruz en tierra posada, los pies alzados del suelo poco menos de una vara; hacia la severa imagen un notario se adelanta, de modo que con el rostro al pecho santo llegaba. A un lado tiene a Martínez,

miércoles, 1 de junio de 2016

Mi querido amor Hace un días que no escribo unas letras para ti, y eso es imperdonable: sé que esperas mis carta y no tengo derecho de privarte de la felicidad que mis letras te dan. Estas letras tienen algo de lluvia, algo de gris y todo me lo anuncia el cielo y el sol que se va pronto. Mientras escribo estas letras escucho música que me envuelve y me lleva hasta donde estás tú. Cierro mis ojos y trato de tocarte, de sentir tus manos sobre mí y hoy quiero escribirte algo diferente. No quiero extrañarte, quiero soñar y pensar que estás conmigo. Quiero estar loco hoy, pues te necesito, te extraño tanto que hasta me falta el aire. Me refugio en mi sueño, pues allí te puedo besar y no dejaría que el tiempo pasara, detendría los relojes del mundo para que sólo quedáramos tú y yo sin tiempo, sólo amándonos. Hoy no te quiero sentir lejos, mi amor. Hoy no quiero extrañarte, estoy muy solo y quiero tenerte conmigo, quisiera que las distancias no existieran. Hoy es un tiempo extraño, es un tiempo de extrañar más que en otros tiempos, y no quiero. Quiero hacer locuras, tapar los calendarios, no quiero nada que nos diga lo lejos que estamos me comprendes

lunes, 30 de mayo de 2016

Abreviemos de razones. Diego Martínez, mi padre, que un hombre ha entrado dentro mi aposento sabe; y así quien mancha mi honra con la suya me la lave; o dadme mano de esposo o libre de vos dejadme. Mirola Diego Martínez atentamente un instante, y echando a un lado el embozo repuso palabras tales: _Dentro de un mes, Inés mía, parto a la guerra de Flandes; al año estaré de vuelta y contigo en los altares. Honra que yo te desluzca, con honra mía se lave, que por honra vuelven honra hidalgos que en honra nacen. _Júralo _exclamó la niña. _Más que mi palabra vale no te valdrá un juramento. _Diego, la palabra es aire _¡Vive Dios que está tenaz! Dalo por jurado y baste. _No me basta, que olvidar puedes la palabra en Flandes. _¡Voto a Dios! ¿Qué más pretendes? _Que a los pies de aquella imagen lo jures como cristiano del Santo Cristo delante. Vaciló un punto Martínez mas porfiando que jurase llevole Inés hasta el templo que en medio la vega yace. Enclavado en un madero, en duro y postrero trance, ceñida la sien de espinas, descolorido el semblante, veíase un crucifijo teñido de tanta sangre, a quien Toledo devota acude hoy en sus azares. Ante sus plantas divinas llegaron ambos amantes. Y haciendo Inés que Martínez los sagrados pies tocase, preguntóle: "Diego, juras a tu vuelta desposarme?" Contestole el mozo: "¡Sí, juro! Y ambos del templo se salen.

viernes, 27 de mayo de 2016

respondiole la cristiana _ si me quitas a mi padre, mis amigos y mis damas? Vuélveme, vuélveme, moro, a mi padre y a mi patria, que mis torres de León valen más que tu Granada. Escuchola en paz el moro, y manoseando su barba, dijo, como quien medita, en la mejilla una lágrima: Si tus castillos mejores que nuestros jardines son, y son más bellas tus flores, por ser tuyas, en León, y tú diste tus amores a alguno de tus guerreros, hurí del Edén, no llores, vete con tus caballeros.
Y dándole su caballo y la mitad de su guardia, el capitán de los moros volvió en silencio la espalda.

jueves, 26 de mayo de 2016

Qué me valen tus riquezas _ respondiole la cristiana _ si me quitas a mi padre, mis amigos y mis damas? Vuélveme, vuélveme, moro, a mi padre y a mi patria, que mis torres de León valen más que tu Granada. Escuchola en paz el moro, y manoseando su barba, dijo, como quien medita, en la mejilla una lágrima: _ Si tus castillos mejores que nuestros jardines son, y son más bellas tus flores, por ser tuyas, en León, y tú diste tus amores a alguno de tus guerreros, hurí del Edén, no llores, vete con tus caballeros. Y dándole su caballo y la mitad de su guardia, el capitán de los moros volvió en silencio la espalda.

miércoles, 25 de mayo de 2016

Oriental Corriendo van por la vega, a las puertas de Granada, hasta cuarenta gomeles y el capitán que los manda. Al entrar en la ciudad, parando su yegua blanca, dijo éste a una mujer que entre sus brazos lloraba: _ Enjuga el llanto, cristiana, no me atormentes así, que tengo yo, mi sultana, un nuevo Edén para ti. Tengo un palacio en Granada, tengo jardines y flores, tengo una fuente dorada con más de cien surtidores. Y en la vega del Genil tengo parda fortaleza, que será reina entre mil cuando encierre tu belleza. Y sobre toda una orilla extiendo mi señorío; ni en Córdoba ni en Sevilla hay un parque como el mío. Allí la altiva palmera y el encendido granado, junto a la frondosa higuera cubren el valle y collado. Allí el robusto nogal, allí el nópalo amarillo; allí el sombrío moral crecen al pie del castillo. Y olmos tengo en mi alameda que hasta el cielo se levantan, y en redes de plata y seda tengo pájaros que cantan. Y tú mi sultana eres; que, desiertos mis salones, está mi harén sin mujeres, mis oídos sin canciones. Yo te daré terciopelos y perfumes orientales, de Grecia te traeré velos, y de Cachemira chales. Y te daré blancas plumas para que adornes tu frente, más blancas que las espumas de nuestros mares de Oriente; Y perlas para el cabello, y baños para el calor, y collares para el cuello; para los labios.... ¡amor!- _ ¿Qué me valen tus riquezas

martes, 17 de mayo de 2016

El personaje protagonista del drama de Schiller, el mencionado Carlos Moor, presenta entre los rasgos que configuran su personalidad esa fatalidad, tan romántica, de sentirse inerme ante los impulsos del destino, de la misma manera que lo está nuestro don Álvaro, sometido a la fuerza del sino, en la obra del Duque de Rivas, o algunos otros personajes marginales, como la prostituta, según he estudiado no hace mucho tiempo2. Hay, al parecer, un hado trágico que planea sobre estos personajes y que los determina a convertirse en seres fuera de la ley, sin que puedan hacer nada por evitarlo. Algo de esto se advierte claramente en el personaje de Schiller, que se lamenta de su suerte en un dramático monólogo, al que pertenecen estos versos según una traducción española de los años treinta

lunes, 16 de mayo de 2016

Zugasti concluye aquella conversación con el Garibaldino, al que también se le llama el capitán Mena, afirmando que el mejoramiento de la sociedad no puede hacerse por medio de actos delictivos: «yo sólo me limité a decirle -escribe el gobernador de Córdoba- que el mismo Schiller calificaba de insensata la tentativa de mejorar el mundo por el crimen y afirmar las leyes por actos ilegales; pero dejando esto aparte, añadí, no hay duda en que, a veces, es digno de admiración el valor y el ingenio que demuestran esos desgraciados que, más bien por una cruel fatalidad, que por perversión de alma, se colocan fuera de las leyes en abierta lucha contra la sociedad»3. Como puede verse también el gobernador achaca el origen de algunos actos delictivos ocasionalmente a la fatalidad, a aquel fatum clásico que determinaba trágicamente la vida de las personas.

viernes, 13 de mayo de 2016

Adónde marcha el hijo del Sol con tan numeroso séquito? Tupac-Yupanqui, el rico en todas las virtudes, como lo llaman los haravicus del Cuzco, va recorriendo en paseo triunfal su vasto imperio, y por dondequiera que pasa se elevan unánimes gritos de bendición. El pueblo aplaude a su soberano, porque él le da prosperidad y dicha. La victoria ha acompañado a su valiente ejército, y la indómita tribu de los pachis se encuentra sometida. ¡Guerrero del llautu rojo! Tu cuerpo se ha bañado en la sangre de los enemigos, y las gentes salen a tu paso para admirar tu bizarría. ¡Mujer! Abandona la rueca y conduce de la mano a tus pequeñuelos para que aprendan, en los soldados del Inca, a combatir por la patria. El cóndor de alas gigantescas, herido traidoramente y sin fuerzas ya para cruzar el azul del cielo, ha caído sobre el pico más alto de los Andes, tiñendo la nieve con su sangre. El gran sacerdote, al verlo moribundo, ha dicho que se acerca la ruina del imperio de Manco, y que otras gentes vendrán en piraguas de alto bordo a imponerle su religión y sus leyes. En vano alzáis vuestras plegarias y ofrecéis sacrificios, ¡oh hijas del Sol!, porque el augurio se cumplirá. ¡Feliz tú, anciano, porque sólo el polvo de tus huesos será pisoteado por el extranjero, y no verán tus ojos el día de la humillación para los tuyos! Pero entretanto, ¡oh hija de Mama-Ocllo!, trae a tus hijos para que no olviden el arrojo de sus padres, cuando en la vida de la patria suene la hora de la conquista. Bellos son tus himnos, niña de los labios de rosa; pero en tu acento hay la amargura de la cautiva. Acaso en tus valles nativos dejaste el ídolo de tu corazón; y hoy, al preceder, cantando con tus hermanas, las andas de oro que llevan sobre sus hombros los nobles curacas, tienes que ahogar las lágrimas y entonar alabanzas al conquistador. ¡No, tortolilla de los bosques!... El amado de tu alma está cerca de ti, y es también uno de los prisioneros del Inca. La noche empieza a caer sobre los montes, y la comitiva real se detiene en Izcuchaca. De repente la alarma cunde en el campamento. La hermosa cautiva, la joven del collar de guairuros, la destinada para el serrallo del monarca, ha sido sorprendida huyendo con su amado, quien muere defendiéndola. Tupac-Yupanqui ordena la muerte para la esclava infiel. Y ella escucha alegre la sentencia, porque anhela reunirse con el dueño de su espíritu y porque sabe que no es la tierra la patria del amor eterno. Y desde entonces, ¡oh viajero !, si quieres conocer el sitio donde fue inmolada la cautiva, sitio al que los habitantes de Huancayo dan el nombre de Palla-huarcuna, fíjate en la cadena de cerros, y entre Izcuchaca y Huaynanpuquio verás una roca que tiene las formas de una india con un collar en el cuello y el turbante de plumas sobre la cabeza. La roca parece artísticamente cincelada, y los naturales del país, en su sencilla superstición, la juzgan el genio maléfico de su comarca, creyendo que nadie puede atreverse a pasar de noche por Palla-huarcuna sin ser devorado por el fantasma de piedra

martes, 10 de mayo de 2016

El personaje protagonista del drama de Schiller, el mencionado Carlos Moor, presenta entre los rasgos que configuran su personalidad esa fatalidad, tan romántica, de sentirse inerme ante los impulsos del destino, de la misma manera que lo está nuestro don Álvaro, sometido a la fuerza del sino, en la obra del Duque de Rivas, o algunos otros personajes marginales, como la prostituta, según he estudiado no hace mucho tiempo2. Hay, al parecer, un hado trágico que planea sobre estos personajes y que los determina a convertirse en seres fuera de la ley, sin que puedan hacer nada por evitarlo. Algo de esto se advierte claramente en el personaje de Schiller, que se lamenta de su suerte en un dramático monólogo, al que pertenecen estos versos según una traducción española de los años treinta:

lunes, 9 de mayo de 2016

La curiosa conversación entre el gobernador civil de Córdoba y el bandido prisionero sigue aún en términos parecidos, aspecto que resulta altamente paradójico, porque hablan, como hemos visto, de amena literatura e intentan conciliar de alguna manera el prototipo del bandido que presenta Schiller con la realidad de algunos bandoleros andaluces, entre los que se incluyen José María el Tempranillo y Diego Corrientes. Interesa, por el momento, recordar este dato: una pieza teatral plenamente romántica y unas actitudes personales más o menos históricas que se conforman parcialmente con un héroe literario. Resulta también un poco chocante el gran conocimiento que de la obra alemana manifiesta el bandido, pero en otro lugar se dice que su formación cultural es bastante amplia, algo también atípico entre los malhechores.

domingo, 8 de mayo de 2016

La curiosa conversación

La curiosa conversación
entre el gobernador civil de Córdoba y el bandido prisionero sigue aún en términos parecidos, aspecto que resulta altamente paradójico, porque hablan, como hemos visto, de amena literatura e intentan conciliar de alguna manera el prototipo del bandido que presenta Schiller con la realidad de algunos bandoleros andaluces, entre los que se incluyen José María el Tempranillo y Diego Corrientes. Interesa, por el momento, recordar este dato: una pieza teatral plenamente romántica y unas actitudes personales más o menos históricas que se conforman parcialmente con un héroe literario. Resulta también un poco chocante el gran conocimiento que de la obra alemana manifiesta el bandido, pero en otro lugar se dice que su formación cultural es bastante amplia, algo también atípico entre los malhechores. El personaje protagonista del drama de Schiller, el mencionado Carlos Moor, presenta entre los rasgos que configuran su personalidad esa fatalidad, tan romántica, de sentirse inerme ante los impulsos del destino, de la misma manera que lo está nuestro don Álvaro, sometido a la fuerza del sino, en la obra del Duque de Rivas, o algunos otros personajes marginales, como la prostituta, según he estudiado no hace mucho tiempo2. Hay, al parecer, un hado trágico que planea sobre estos personajes y que los determina a convertirse en seres fuera de la ley, sin que puedan hacer nada por evitarlo. Algo de esto se advierte claramente en el personaje de Schiller, que se lamenta de su suerte en un dramático monólogo, al que pertenecen estos versos según una traducción española de los años treinta:

viernes, 6 de mayo de 2016

Cierta noche prolongué mi visita en la cárcel más de lo acostumbrado, departiendo con el Garibaldino, y habiendo yo de antemano hecho recaer la conversación sobre las aventuras, vida, carácter y rasgos generosos de algunos célebres bandidos, entre los cuales cité naturalmente al famoso José María. Al citar este nombre convino conmigo en que había manifestado en alguna ocasión rasgos plausibles; pero añadió en seguida, con expresión desdeñosa, que, aparte el valor, era una figura muy vulgar, sin elevación alguna, sin grandeza de miras, y sin aquella intención social que sólo puede concebirse en un espíritu verdaderamente superior, ilustrado además por la educación y la cultura.Confieso francamente que llamó sobremanera mi atención la inesperada frase de intención social, y en aquel momento, por una inevitable asociación de ideas, me acordé del famoso drama de Schiller, titulado Los bandidos, en que se idealiza hasta el extremo la ruptura de todo vínculo con la sociedad, bajo el pretexto de reformarla, y maquinalmente exclamé: ¡No era posible que José María fuese un Carlos Moor!1 Es cierto! ¿Conoce usted ese gran drama? preguntóme el antiguo capitán Garibaldino. Sí, le conozco. He ahí la realización y apoteosis del ideal, que siempre he llevado en mi corazón y en mi mente! ¡Qué concepción tan gigantesca! ¡Qué tipo tan simpático y maravilloso! Y el capitán Mena, con los ojos radiantes y con trágica entonación, comenzó a recitar en alemán largas tiradas de versos de este bellísimo y a la par deplorable drama. Yo, entre tanto, le contemplaba silencioso, admirado y afligido. Cuando hubo terminado sus recitaciones, exclamó: Carlos Moor es el verdadero bandido, bueno y honrado!
Qué quiere usted decir?

El mito romántico del bandolero andaluz:

Cuenta Julián de Zugasti que, hacia 1870, cuando fue nombrado gobernador de Córdoba e intentaba acabar con el bandolerismo andaluz, bandolerismo que aún continuaba actuando en esa época y llevaba a cabo múltiples secuestros, asesinatos y extorsiones de todo tipo, se entrevistó en la cárcel cordobesa con uno de estos bandidos, apodado el Garibaldino, con el que mantuvo una larga conversación, en su intento de conseguir información para neutralizar en lo posible las mencionadas acciones antisociales que los malhechores realizaban habitualmente en el sur de la provincia de Córdoba, así como en las provincias limítrofes de Granada, Málaga y Sevilla. En un momento de la conversación sale a relucir la figura de José María el Tempranillo, como posible prototipo del bandido andaluz. He aquí un

jueves, 5 de mayo de 2016

Jaime “El Barbudo” nació en Crevillente (Alicante) el 23 de octubre de 1783, de su infancia y juventud se sabe muy poco, solo que cuando trabajaba en el pueblo de Catral guardando unas ovejas y unas viñas sorprendió a un merodeador al que en un enfrentamiento dio muerte en defensa propia, ante lo cual se marchó de dicha localidad con la mala fortuna de sufrir un caída huyendo por la sierra que le dejó maltrecho en un barranco, siendo descubierto por la partida de “Los Mojicas” que le curan de sus heridas al saberle huido de la justicia, y a la cual se unirá. Tras pasar una temporada en la cuadrilla se enfrenta a éstos en 1808 dados los métodos agresivos que emplean, quedando como jefe de la misma tras una refriega en la que mueren dos de los tres hermanos que componían la capitanía de la partida. Al poco tiempo Jaime comienza a comprender el delicado estado político de España y se convierte en una mezcla de ladrón y guerrillero afamado en tierras de Valencia y Murcia que utilizó la Guerra de Independencia para sus fines delictivos y heroicos. Destacan los episodios acaecidos en Murcia en 1812, donde Jaime acompañado de una partida de casi cien hombres se enfrentó a los franceses que ocupaban la ciudad, dando muerte a un altísimo número de las tropas del general francés Soult. Tras la Guerra de Independencia, Jaime “El Barbudo” se retira a la Sierra de Crevillente donde se le comunica el sobreseimiento de las causas criminales contra él debido a sus méritos de guerra, volviendo al poco a su casa con su esposa María Antonia y la hija de ambos. Pero en 1815 Jaime, vuelve y reúne de nuevo a su partida cometiendo destacados robos en Orihuela y Villena. Al poco tiempo se pone precio a su cabeza, y Jaime se siente por primera vez en su vida inquieto, pues poco a poco empiezan a llegar las tropas y los Edictos Reales contra él y su partida. En abril de 1823 vuelven las tropas francesas ahora para consolidar por la fuerza el absolutismo de Fernando VII, lo que provoca un nuevo indulto para Jaime “El Barbudo” por parte del funesto comisario regido el Brigadier Luis Adriani; de cruel recuerdo para los valencianos de la época; que forma junto a sus hombres un ejercito de Fe en Murcia a las ordenes del Rey. A pesar de todo en los primeros meses de 1824 es llamado al Ayuntamiento de Murcia donde es arrestado y acusado de robo y asesinato por los mismos que lo habían indultado, lo que al poco tiempo muere en la horca y de esta forma entra Jaime “El Barbudo” en la leyenda.

miércoles, 4 de mayo de 2016

Los siete niños de Ecija

Los Siete Niños de Écija fue una de las cuadrillas de bando-leros más conocidas de la An-dalucía del S. XIX, si bien, ésta encuadrada en sus filas a más de siete bandoleros, de los cuales ninguno era de Écija (Sevilla); de ahí la frase “ni eran siete, ni eran de Écija”. Sin lugar a dudas uno de sus más destacados y legendarios componentes fue José Ulloa “Traga buches éste nació en Arcos de la Frontera (Cádiz) el 21 de Septiembre de 1781, siendo de raza gitana, y here-dando el apodo de su padre, que en una ocasión se había comido un feto de asno ado-bado Juan Caballero nació en Estepa (Sevilla) el 26 de agosto de 1804. Hijo de familia humilde, su juventud transcurrió en el campo trabajando la tierra, donde se casó en 1827 con una muchacha estepeña de su misma condición social. Al año de contraer matrimo-nio, sin conocer causa alguna, se convierte en jefe de una cuadrilla de salteadores. Pron-to se le conoce ya como “El Lero”, y es famoso en toda Sierra Morena compartiendo protagonismo con “El Tem-pranillo”; al cual llamaba afec-tuosamente compadre; repar-tiéndose entre ambos los cam-pos de operaciones dentro de los caminos de Andalucía.

martes, 3 de mayo de 2016

Un nefasto día, José Ulloa salió de Ronda a caballo para ir a torear a Málaga, teniendo que volver a Ronda a consecuencia de una caída del caballo. Al llegar a su casa encontró la puerta cerrada, y al entrar vio a su mujer muy turbada y nerviosa, recelando por su parte infidelidad, registró toda la casa sin encontrar a nadie, tras lo cual con la necesidad de saciar su sed se dirigió a una tinaja donde encon-tró escondido al amante de su mujer; Pepe "El Listillo", un acólito de la parroquia rondeña de Santa María la Mayor. En el acto El Tragabuches mató al amante y después a su mujer lanzándola por la ventana. Tras el desgraciado acontecimiento, el torero no halló otra solución para su vida destruida, más que alistarse en la cuadrilla de “Los Siete Niños de Écija dirigida por entonces por Juan Palomo. En dicha cuadrilla permaneció hasta su disolución, alcanzando un gran renombre como destacado bandolero. Al llegar la disolución la mayoría de los miembros de la cuadrilla fueron recibiendo el indulto, pero no lo hubo sin embargo para José Ulloa “El Tragabuches cuya huella se pierde en absoluto desde ese mo-mentoro, más conocido como Pasos Largos nació en la población de El Burgo, muy cerca de Ronda (Málaga), y ha pasado a la historia del bandolerismo como el último bandolero andaluz. Su familia vivía cómodamente cultivando tierras y regentando una pequeña venta en el Puerto de los Empedrados entre El Burgo y Ronda. Poco después se trasladaron al Cortijo de la Romerosa, donde “Pasos Largos” aprendió a leer y a escribir con la ayuda de los maestros rurales que acudían a los cortijos de la zona.
Una rubia linda y joven, toma un avión con destino a Nueva York, con pasaje en clase turista. Cuando aborda el avión, busca su asiento, pero al pasar por los de primera clase, nota que son más grandes y confortables, entonces decide sentarse en el primero que encuentra vacío. Cuando la azafata chequea su ticket, le informa que su asiento está en clase turista, a lo que la rubia responde: -Soy linda, joven y rubia. Me quedo hasta llegar a Nueva York. La azafata frustrada, va a la cabina del capitán a informar del incidente. El capitán se dirige a la rubia y le dice que debe abandonar el asiento. Y la rubia responde: -Soy linda, joven y rubia. Me quedo hasta llegar a Nueva York. El capitán por no causar alboroto, se retira a la cabina y comenta con el copiloto. El copiloto le dice que su novia es rubia y que sabe qué hacer. El copiloto se acerca a la rubia y le susurra algo al oído. La rubia se levanta inmediatamente agradeciendo y abraza al copiloto, y toma su asiento en clase turista. El piloto y la azafata asombrados le preguntan qué le dijo para convencerla. El copiloto responde: -Le dije que los asientos de primera clase no van a Nueva York.

lunes, 2 de mayo de 2016

Bush le contaba a la Reina de Inglaterra que había un teléfono rojo en el infierno y que iba a hablar con el diablo para pedirle autorización para usarlo. Rápidamente, fue y le pidió al diablo permiso para hacer una llamada a los EE.UU., para saber como quedaba el país después de su partida. El diablo le concedió la llamada y habló durante 2 minutos. Al colgar, el diablo le dijo que el costo de la llamada eran 3 millones de dólares, y Bush le pagó. Al enterarse de esto, la reina de Inglaterra quiso hacer lo mismo y llamó a Inglaterra durante 5 minutos. El diablo le paso una cuenta de 10 millones de libras. Néstor Kirchner también sintió ganas de llamar a Argentina para ver como había dejado el país, y habló durante 3 horas. Cuando colgó, el diablo le dijo que eran 25 centavos. Kirchner se quedo atónito, pues había visto el costo de las llamadas de los demás, así que le preguntó por que era tan barato llamar a Argentina........y el diablo le respondió: "Mirá, viejo... con la cantidad de desocupados, los paros en los hospitales públicos, los docentes de Santa Cruz, los piqueteros que cortan las calles, la desnutrición infantil, la falta de justicia, la impunidad, la inseguridad ciudadana, los secuestros y el Ministro Sensación, la mala calidad de la enseñanza, la corrupción del gobierno, Los dos Fernandez, La Garré ... tienes a Argentina hecha un desastre, un caos, un infierno............ y de "infierno" a "infierno", la llamada es "local".

domingo, 1 de mayo de 2016

Sé que has vivido muchas cosas duras, que has sufrido en muchos aspectos y sé que conmigo tuviste las ganas de, por fin, hacer algo muy bien y que viste la oportunidad de curar viejas heridas a través de la maternidad porque, ¿acaso no enriquece y hace crecer a alguien como persona el saber que estás criando y alimentando a un bebé del mejor modo que se puede? ¿Acaso no supone una motivación y un orgullo saber que estás dando lo mejor de ti para hacer de tus hijos personas de bien? ¿Acaso no es el compartir, el dar, el ofrecer lo mejor de una el momento en que se cierra el círculo perfecto entre lo que uno es y lo que el otro puede llegar a ser? Porque cuando una es madre lo mejor que puede ofrecer no son juguetes, ni regalos, ni la mejor ropa, sino su cariño, su tiempo y su amor. Y esto, aunque quede mal decirlo, no todas las madres (ni todos los padres) lo dan del mismo modo. ¿Que por qué digo esto, mamá? Pues porque quiero que sepas que el día que no estés, el día que me faltes, el día que te vayas, tu legado permanecerá en mí para siempre. Tus palabras, tus besos, tus caricias, tu cariño... y tus imperfecciones. Todo ello quedará en mí, en mi aprendizaje, en mi vida, en mi manera de ser, y yo lo transmitiré también a mis hijos para que, en cierto modo, cada nueva generación sea un poco de quien tú eres.
Sé que has vivido muchas cosas duras, que has sufrido en muchos aspectos y sé que conmigo tuviste las ganas de, por fin, hacer algo muy bien y que viste la oportunidad de curar viejas heridas a través de la maternidad porque, ¿acaso no enriquece y hace crecer a alguien como persona el saber que estás criando y alimentando a un bebé del mejor modo que se puede? ¿Acaso no supone una motivación y un orgullo saber que estás dando lo mejor de ti para hacer de tus hijos personas de bien? ¿Acaso no es el compartir, el dar, el ofrecer lo mejor de una el momento en que se cierra el círculo perfecto entre lo que uno es y lo que el otro puede llegar a ser? Porque cuando una es madre lo mejor que puede ofrecer no son juguetes, ni regalos, ni la mejor ropa, sino su cariño, su tiempo y su amor. Y esto, aunque quede mal decirlo, no todas las madres (ni todos los padres) lo dan del mismo modo. ¿Que por qué digo esto, mamá? Pues porque quiero que sepas que el día que no estés, el día que me faltes, el día que te vayas, tu legado permanecerá en mí para siempre. Tus palabras, tus besos, tus caricias, tu cariño... y tus imperfecciones. Todo ello quedará en mí, en mi aprendizaje, en mi vida, en mi manera de ser, y yo lo transmitiré también a mis hijos para que, en cierto modo, cada nueva generación sea un poco de quien tú eres.
Sé de buena tinta que, desde que nací, has intentado hacer las cosas bien, o muy bien. El miedo a fallar, el miedo a equivocarte, el miedo a dejar de hacer cosas importantes o a hacer cosas que pudieran dañarme te han hecho estar muy pendiente de todo y sé que esto te genera un poco de ansiedad. Ansiedad o miedo, a que la persona más importante de tu vida, yo, pueda reprocharte algo como a veces, en tu interior, le reprochas a tus padres. Y ya me ves, sentado para agradecértelo, así que algo habrás hecho muy bien, pese a que a veces no sientes exactamente eso.