MI AMIGO Hugo era un hombre muy mayor. y ya sabemos la personas mayores se ponen torpes y travajozo. El se había hecho muy viejo. Sus piernas flaqueaban, veía y oía cada vez menos, y tenía serias dificultades para tragar.y vivía con uno de su hijos. En una ocasión cuando su hijo y su nuera le servían la cena, al abuelo se le cayó el plato y se hizo añicos en el suelo. La nuera comenzó a quejarse de la torpeza de su suegro, diciendo que lo rompía todo, y que a partir de aquel día le darían de comer en una palangana de plástico. El anciano suspiraba asustado, sin atreverse a decir nada.Un rato después, vieron al hijo pequeño manipulando en el armario. Movido por la curiosidad, su padre le preguntó: "¿Qué haces, hijo?" El chico, sin levantar la cabeza, repuso: "Estoy preparando una palangana para daros de comer a mamá y a ti cuando seáis viejos." El marido y su esposa se miraron y se sintieron tan avergonzados que empezaron a llorar. Pidieron perdón al abuelo y a su hijo, y las cosas cambiaron radicalmente a partir de aquel día. Su hijo pequeño les había dado una severa lección de sensibilidad y de buen corazón. Todos nos asemos mayores... yo mismo
lunes, 3 de septiembre de 2007
el abuelo
MI AMIGO Hugo era un hombre muy mayor. y ya sabemos la personas mayores se ponen torpes y travajozo. El se había hecho muy viejo. Sus piernas flaqueaban, veía y oía cada vez menos, y tenía serias dificultades para tragar.y vivía con uno de su hijos. En una ocasión cuando su hijo y su nuera le servían la cena, al abuelo se le cayó el plato y se hizo añicos en el suelo. La nuera comenzó a quejarse de la torpeza de su suegro, diciendo que lo rompía todo, y que a partir de aquel día le darían de comer en una palangana de plástico. El anciano suspiraba asustado, sin atreverse a decir nada.Un rato después, vieron al hijo pequeño manipulando en el armario. Movido por la curiosidad, su padre le preguntó: "¿Qué haces, hijo?" El chico, sin levantar la cabeza, repuso: "Estoy preparando una palangana para daros de comer a mamá y a ti cuando seáis viejos." El marido y su esposa se miraron y se sintieron tan avergonzados que empezaron a llorar. Pidieron perdón al abuelo y a su hijo, y las cosas cambiaron radicalmente a partir de aquel día. Su hijo pequeño les había dado una severa lección de sensibilidad y de buen corazón. Todos nos asemos mayores... yo mismo
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2 comentarios:
desdeluego que aprendieron una buena leccion ,pues si ahora el era mayor tambien fue joven y cuido de su hijo,como su hijo lo hace ahora con el ,pero por dios sin palanganas,pobre hombre.
un besito de tu hija Eva.
Yo te dare de comer en un plato como dios manda.jijij
por Dios, bastaba, con comprar una vajilla nueva, ¿no? como tu trates...asi seras tratado.
besos
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