jueves, 2 de abril de 2009

El padre Juan primera parte

EL PADRE JUAN
Al pueblo de arriba llegó un cura que se llamaba Juan de huy el padre Juan. El alboroto que se formo. De un día para otro en la iglesia estaban llenas de mujeres de todas las edades, incluso muchas de ellas protestantes. La gente del pueblo de arriba creían que tenía algún don divino o algo parecido. Después se aclaro que su don no era espiritual, su don era ser bien parecido y joven, y guapo y mucho palique como todos los curas, y en sus años más jóvenes había estado como jugador de futbol en un equipodel pueblo de abajo.Los domingos por la tarde las mujeres se concentraban alrededor del campo de fútbol, porque el padre Juan seguía jugando con el equipo del pueblo de arriba al llegar la tardes el padre Juan visitaba los hogares, tocaba la puerta, entraba donde lo invitaban y daba su mensaje cristiano ante la admiración de las mujeres y los celos de los hombres. Cuánta fe la que acarreaba el padre Juan…
El padre Juan había venido a alborotar a las mujeres del pueblo de arriba y a poner en alerta a los hombres. Sin embargo el padre Juan resistía los embates y la tentación, Y seguía en su ministerio, fiel a sus votos y a su palabra. El pueblo de arriba se entero por el sacristán, que no duraba en las parroquias porque revolucionaba a las mujeres. Un hombre prohibido bien parecido y joven,
Pero como a todo le llega su hora, al padre Juan también le llegó su hora. Como no podía ser de otro manera. De entre las feligresas alborotadas salió Joaquina, una guapa de veinticinco años con más kilómetros que las maletas un viajante y un buen recorrido en el arte de la seducción. Ella era alta, delgada, con un hermoso pelo rubio que le llegaba asta debajo del C… y una mirada irresistible a. Cansada y aburrida de los piropos de los hombres del pueblo de arriba quiso ganarse el trofeo prohibido y para ello planeó su estrategia seductor
Llegaba a confesarse, como todas las demás. Procuraba llegar recién bañada, con poco maquillaje y poco perfume un vestido rojo con cinturón blanco. Siempre confesaba al padre Juan el mismo pecado amar a un hombre prohibido, sin decir el nombre. Joaquina se trasladó cerca de la iglesia para vigilar todos los pasos del padre Juan. Ella no sabía si le gustaba más por lo atractivo o por lo prohibido. Pero amor, amor no era, la meta era hacer caer en la tentación al padre Juan y gozar con esa caída.Ha Joaquina no le gustaba cocinar, así que se ofreció a hacer limpieza en la iglesia un par de días a la semana. En las misas se sentaba delante con...

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