lunes, 7 de julio de 2008
La traicion
En el pueblo de arriba había un hombre muy virtuoso que fue injustamente acusado de un asesinato. En realidad el verdadero acecino era una persona muy influyente en el pueblo y por eso desde el primer momento se procuró un conejillo de india para encubrir al culpable. El hombre fue llevado a juicio ya conociendo que tendría poca o ninguna oportunidad de escapar al terrible veredicto... El Juez también compinchado cuidó no obstante de dar todo el aspecto de un juicio justo por ello dijo al acusado: Conociendo tu fama de hombre justo y cavar lo vamos a dejar en manos del destino, vamos a escribir en dos papeles separados las palabras culpable o inocente. Tú escogerás tu propio destino."Por supuesto el mal funcionario había preparado dos papeles con la misma leyenda culpable y la pobre víctima aún sin conocer los detalles se daba cuenta que el sistema propuesto era una trampa. No había escapatoria. El Juez le ordeno al hombre a tomar uno de los papeles doblados. Éste respiró profundamente, quedó en silencio unos cuantos minutos con los ojos cerrados y cuando la sala comenzaba ya a impacientarse abrió los ojos y con una extraña sonrisa tomó uno de los papeles y llevándolo a su boca se lo comió rápidamente.Sorprendidos e indignados los presentes le reprocharon airadamente. Pero qué has hecho ahora Cómo vamos a saber el veredicto. Es muy sencillo respondió el hombre. Es cuestión de leer el papel que queda y sabremos lo que decía el que me tragué YO MISMO
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1 comentario:
¡¡¡que bueno¡¡ que bueno¡¡¡ penso rapido el pobre hombre y menos mal¡¡
un beso
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