EL TAXISTA
Ase muchos años mi amigo Serafín tenia un taxi muy viejo y destartalado y salía por la noche a trabajar con su ruidoso y destartalado taxi como de costumbre, desde las 7 de la noche hasta las 7 de la mañana. Era su rutina diaria, no tenia familia y la mala situación económica obligaba a trabajar incesantemente a excepción de los días que se rompía el vehículo y debía parar por fuerza mayor.Una noche de domingo lluviosa y fría como siempre salio ha recorres las calles de la ciudad con sus calles antiguas, con balcones al mejor estilo. Con la gente que no pierde la costumbre de regresar tarde a casa. El viejo Serafín retornaba a su hogar muy triste preocupado y con poco dinero no hubo suficiente servicio y el combustible se había acabado en dar muchas vueltas sin conseguir ningún cliente, prefirió tomar el camino de retorno.Los relojes marcaban las dos de la madruga al pasar por la avenida principal levantó la mano una dama elegante de blanco, fina, de conversación suave, tranquila y serena, le puso de referencia el cementerio Baquiano y Santamaría de Callao. Serafín no tenía otra alternativa que brindarle ha llevarla sabiendo que esa zona era peligrosa a altas horas de la noche. Ante la desconfianza del conductor, la mujer le pagó por adelantado diciéndole. Que tengas mucha suerte.Al llegar al lugar destinado Serafín giró la cabeza hacia atrás y preguntó a que calle exactamente se dirigía y grande fue su sorpresa cuando no había nadie en el asiento trasero. Serafín frenó bruscamente y bajó del vehículo sorprendido, revisó por todos lados, observó que las puertas seguían con el seguro y nadie había dentro, Serafín salio de a yi espetado. Y desde a aquel día tuvo mucho trabajo y ahora tiene una flota de taxis… YO MISMO
Ase muchos años mi amigo Serafín tenia un taxi muy viejo y destartalado y salía por la noche a trabajar con su ruidoso y destartalado taxi como de costumbre, desde las 7 de la noche hasta las 7 de la mañana. Era su rutina diaria, no tenia familia y la mala situación económica obligaba a trabajar incesantemente a excepción de los días que se rompía el vehículo y debía parar por fuerza mayor.Una noche de domingo lluviosa y fría como siempre salio ha recorres las calles de la ciudad con sus calles antiguas, con balcones al mejor estilo. Con la gente que no pierde la costumbre de regresar tarde a casa. El viejo Serafín retornaba a su hogar muy triste preocupado y con poco dinero no hubo suficiente servicio y el combustible se había acabado en dar muchas vueltas sin conseguir ningún cliente, prefirió tomar el camino de retorno.Los relojes marcaban las dos de la madruga al pasar por la avenida principal levantó la mano una dama elegante de blanco, fina, de conversación suave, tranquila y serena, le puso de referencia el cementerio Baquiano y Santamaría de Callao. Serafín no tenía otra alternativa que brindarle ha llevarla sabiendo que esa zona era peligrosa a altas horas de la noche. Ante la desconfianza del conductor, la mujer le pagó por adelantado diciéndole. Que tengas mucha suerte.Al llegar al lugar destinado Serafín giró la cabeza hacia atrás y preguntó a que calle exactamente se dirigía y grande fue su sorpresa cuando no había nadie en el asiento trasero. Serafín frenó bruscamente y bajó del vehículo sorprendido, revisó por todos lados, observó que las puertas seguían con el seguro y nadie había dentro, Serafín salio de a yi espetado. Y desde a aquel día tuvo mucho trabajo y ahora tiene una flota de taxis… YO MISMO
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