Buenas noches abuelo, ¡qué bien que nos visitas!
Me atrajo hacia él y me dio un cálido abrazo.
¿Está tu padre —preguntó.
Ahora mismo lo llamo.
Lo encontré en la cocina. Y sin querer queriendo escuché su conversación, que en alguna forma transformó para siempre mi vida, y creo que también la de mi padre le pregunto.
Qué deseas papá
Exclamó un poco hosco mi padre.-
Hijo, me ha ido muy mal y he perdido la casa, hoy me han echado, y no tengo a donde ir, quisiera pedirte me hospedaras por un tiempo, mientras resuelvo la situación, no tengo ni para un miserable hotel.
Papá, tú sabes que esto me ocasiona graves problemas tú conoces bien como piensa mi mujer: El muerto y el arrimado apesta. A los tres días. Y el casado casa quiere, y no quiere intromisión alguna.
Bueno hijo, entiendo, pero si al menos me dieras un pequeño espacio en la habitación de mi nieto, te prometo no crear ningún problema, además él y yo nos llevamos bastante bien.
Mi padre—una vez más replicó— él es un joven adolescente de 19 años y necesita su intimidad, lo siento de verdad, pero no hay nada que hacer.
El abuelo titubeando y con voz temblorosa, casi por romper al llanto suplicó:
¿No habrá acaso algún rincón en que pueda pasar solamente esta noche?
Bueno, si tal es tu urgencia, puedes quedarte en el patio de atrás, pero, —pero es un fastidio. Le dijo con autoridad— que sea solamente por esta noche.
Mi padre me llamó y me ordenó furioso.
Baja de inmediato una manta y dásela a tu abuelo, pues se quedará a dormir en el patio trasero, y date prisa, pues estoy muy cansado con tantos problemas y agregar uno más.
Y meneó la cabeza fastidiada señalando al abuelo.
Pasaron unos diez minutos cuando papá entró a mi habitación, hecho una furia, reclamando mi atraso, pero sorprendido por lo que estaba haciendo, exclamó:
Me puedes explicar qué cojones estás haciendo, por qué cortas en dos la manta que te pedí.
Y simplemente le contesté.
Una mitad es para el abuelo y la otra la voy a conservar un tiempo para cuando me vengas a pedir lo mismo.
El padre contesto niño deja la manta que tu abuelo se queda... YO MISMO
Bueno hijo, entiendo, pero si al menos me dieras un pequeño espacio en la habitación de mi nieto, te prometo no crear ningún problema, además él y yo nos llevamos bastante bien.
Mi padre—una vez más replicó— él es un joven adolescente de 19 años y necesita su intimidad, lo siento de verdad, pero no hay nada que hacer.
El abuelo titubeando y con voz temblorosa, casi por romper al llanto suplicó:
¿No habrá acaso algún rincón en que pueda pasar solamente esta noche?
Bueno, si tal es tu urgencia, puedes quedarte en el patio de atrás, pero, —pero es un fastidio. Le dijo con autoridad— que sea solamente por esta noche.
Mi padre me llamó y me ordenó furioso.
Baja de inmediato una manta y dásela a tu abuelo, pues se quedará a dormir en el patio trasero, y date prisa, pues estoy muy cansado con tantos problemas y agregar uno más.
Y meneó la cabeza fastidiada señalando al abuelo.
Pasaron unos diez minutos cuando papá entró a mi habitación, hecho una furia, reclamando mi atraso, pero sorprendido por lo que estaba haciendo, exclamó:
Me puedes explicar qué cojones estás haciendo, por qué cortas en dos la manta que te pedí.
Y simplemente le contesté.
Una mitad es para el abuelo y la otra la voy a conservar un tiempo para cuando me vengas a pedir lo mismo.
El padre contesto niño deja la manta que tu abuelo se queda... YO MISMO
4 comentarios:
CON LOS PELOS DE PUNTA ESTOY.
ESA ES UNA BUENA LECCION QUE LE DIO EL HIJO AL PADRE,PUES PADRE NO HAY MAS QUE UNO Y HAY QUE CUIDARLO Y MIMARLO, TAL COMO EL LO HIZO CON NOSOTROS.
BESITOS
pues si a todos nos debería de pagar la vida de la misma forma que actuamos....no hagas lo que no quieras que te hagan a ti.
besitos
ya habia leido antes algo parecido ...hay que tratar a los demas como te gustaria que te trataran a ti,asi deveria ser ...
un besito ...
primero somos hijos y despues padres...como te portes con tus padres se portaran contigo tus hijos.
besos
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