Laaventura

LA AVENTURA
Un joven al darse cuenta que no hay nada fuera en qué creer, llevarse muchas decepciones y casi convencido de que pocos corazones van a cambiar, marca de su casa, de sus raíces y se embarca a la aventura, en busca de la mujer de sus sueños. El barco en el que viaja naúfraga y nuestro amigo va a parar a una isla totalmente desierta.
Tras unos días de exploración descubre un templo muy antiguo construido por el hombre donde yace majestuosamente la escultura del primitivo Dios del fuego. Este hombre cada noche soñaba con su mujer perfecta, la primera noche soñó con sus ojos, la segunda con sus labios, la tercera con sus caderas, así mil noches y una noches...
Tras haber soñado la felicidad que le produciría esa persona y movido por el ansia de conocerla realmente, se postró ante el Dios del fuego y comenzó a rezarle, oyó un gran Grito, el cielo se vistió de Rojo y apareció el dios del fuego que oyendo sus suplicas le preguntó qué deseaba con tanta Urgencia él humildemente pidió que su sueño se hiciera realidad a lo que el dios le contestó que se haría realidad con la condición de que ella viviría en la otra parte de la isla y él sólo tendría oportunidad de verla una vez, a lo que nuestro soñador accedió alegremente, el cielo se volvió muerte y delante suya vió salir su sueño cobrando vida de un haz de fuego, el cielo escupió re lámpagos provocando fuegos a lo largo de la isla.l
Vió a su tesoro alejarse cruzando los fuegos provocados por la ira del cielo,sin quemarse, por lo que quedó muy sorprendido, pero al fin y al cabo, es hija del fuego, pensó. Pasaron los años, nuestro hombre siguió viviendo en su lado de isla con miedo ha buscarla por si se esfumaba, ya que realmente era producto de su imaginación. Además estaba viejo, descuidado y sentía miedo a conocer la personalidad de la mujer, por lo que decidió suicidarse, y que forma mejor de hacerlo que arrojándose al fuego, así de una forma u otra quedaría unido a esa joven hija del fuego, se dispuso a encender la hoguera y tras pensar si su vida había valido la pena se arrojó a las llamas, cuando se dió cuenta que las llamas a él tampoco le abrasaban.. baliente majareta...
yo mismo