LA REGENTA 3
Puesto que es necesario, que te la lleves, hijo mío; ella es nuestro
más preciado Tesoro y la mejo recompensa que puedas
Aspirar, ama a mi hija que ahora cadecera de padre y madre. Así lo prometió el duque. Ambos recibieron la bendición paternal. En aquel momento apareció el cura que había bendecido la unió de los jóvenes esposos, cuando estuvo ante ellos le dio también su bendición y dijo aunque dirigiéndose particularmente a Regenta.
No lloré noble duquesa tenéis reservada una inmensa dicha, aunque por caminos muy distintos de vuestros progenitores. Y la duquesa partió en su magnifico carruaje especial mente preparado para ella lanzándose ha galope tendido, en breve desaparecieron ambos, escoltados por una brillante cometiba. El duque residía en un cortijo situado en la fardad de la montaña del pueblo de abajo un bellísimo paisaje. Al llegar a la puertas el duque acompañado
de su joven esposa, ya estaban dispuestos todos sus sirvientes
de ambos sexos, en galoneados con sus mejores galas a puerta del
Cortijo estaba adornado con verdes ramas y arbusto.
Todas las miradas de los sirvientes estaban puestas en Regenta
pues los criados del duque tenían gran curiosidad por conocer a la que sería su nuevas señoras todos quedaron asombrados al verla
pues la belleza, y hermosura de Regenta era poco común.
Apenas se apeó Regenta del carruaje saludó a todos los sirvientes de su esposo con palabras llenas de dulzura y bondad dirígiéndose.
Particularmente a las madres, que la rodeaban llevando en brazos a sus hijos, y a los cuales hablándole con cariño,
Informándose de la edad que tenia cada uno y nombre de los niños,
y obsequiando a todos tan generosamente, que acabó por conquistar la simpatías, de todos. El duque hizo saber a todos los
Presentes que, a ruego de su esposa, iba a repartir
algún dinero para a palear el tiempo que Abia estado ausente… continua…YOMISMO
domingo, 28 de marzo de 2010
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