En el pueblo de arriba había una taverna que el dueño tenia bastantes dineros
Y varios trabajadores en su taberna. Llamó a uno de ellos, y le entregó una garrafa de aguardiente para que la llevase a un cliente del pueblo de abajo. A cambio le prometió algunos euros extras.
El hombre iba muy contento, colocó la garrafa sobre su cabeza y se puso en marcha, pensando que iba a ganar algunos euros. Extra y pensaba. Con ellos compraré cabras, éstas pronto se multiplicarán y llegaré a tener nada menos que diez mil. Luego las venderé y compraré ovejas. Se reproducirán, Venderé parte de ellas y compraré unas .vacas Como ganaré mucho dinero, también compraré telas y me haré comerciante. Será estupendo. Me casaré, tendré una casa estupenda y, naturalmente, dispondré de excelente cocinera para que me prepare los platos más exquisitos, y si un día no me hace bien la comida, le daré una guanta que la volveré loca. Al decir estos el hombre levanto la mano y la garrafa que era de cristal fue redonda al suelo y el aguardiente se esparramo entero.
El hombre desolado, volvió al pueblo y se enfrentó al patrón, que exclamó:
Me has hecho perder las ganancias de toda una semana -y el contesto.
-Y yo he perdido mis ganancias de toda la vida… YO MISMO
domingo, 7 de septiembre de 2008
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