
sábado, 27 de septiembre de 2008
La esculcion a la montaña

viernes, 19 de septiembre de 2008
El puente de la hamista

sábado, 13 de septiembre de 2008
El inmigrante

En el pueblo de arriba un joven emigro ha un país muy lejano y allí trabajó y trabajó, pensando en volver ha su pueblo algún. Día envió puntual mente el salario que ganaba con el tiempo alcanzó para construir una casa muy grande para cuando regresara. El chaval, después de 30 años, ya no era tan chaval. Ya tenía seis hijos, y una pequeña fortuna en dolares que traducida a pesetas ya se miraba de otra forma. Un día decidió regresar para quedarse. Pero ninguno de sus seis hijos quiso acompañarlo, Extrañaba a un país que nunca fue el suyo, Tenían alguna simpatía para ir de vacaciones estaba bien, pero no para quedarse. Y entonces regresó solo. Volvió a su pueblo natal, es decís al pueblo de arriba con lágrimas en los ojos y ahogándose por el nudo en la garganta volvió a ver a sus hermanos, todos más viejos, más gordos. Y se sintió feliz. Pero después de un mes, descubrió que la. España que el tanto añoraba, que tanto comentaba con los, amigos no era ésta que visitaba. No era en la que el estaba ahora. Por alguna razón inexplicable ya no era la. España de su nostalgia. Se dio cuenta con dolor que ya no pertenecía a España, que tenía que regresar adonde ahora tenia su casa y sus hijos… YO MISMO
domingo, 7 de septiembre de 2008
El bar del pueblo de arriba

Y varios trabajadores en su taberna. Llamó a uno de ellos, y le entregó una garrafa de aguardiente para que la llevase a un cliente del pueblo de abajo. A cambio le prometió algunos euros extras.
El hombre iba muy contento, colocó la garrafa sobre su cabeza y se puso en marcha, pensando que iba a ganar algunos euros. Extra y pensaba. Con ellos compraré cabras, éstas pronto se multiplicarán y llegaré a tener nada menos que diez mil. Luego las venderé y compraré ovejas. Se reproducirán, Venderé parte de ellas y compraré unas .vacas Como ganaré mucho dinero, también compraré telas y me haré comerciante. Será estupendo. Me casaré, tendré una casa estupenda y, naturalmente, dispondré de excelente cocinera para que me prepare los platos más exquisitos, y si un día no me hace bien la comida, le daré una guanta que la volveré loca. Al decir estos el hombre levanto la mano y la garrafa que era de cristal fue redonda al suelo y el aguardiente se esparramo entero.
El hombre desolado, volvió al pueblo y se enfrentó al patrón, que exclamó:
Me has hecho perder las ganancias de toda una semana -y el contesto.
-Y yo he perdido mis ganancias de toda la vida… YO MISMO
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